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Ahorrar en el banco es seguro, pero su rentabilidad suele ser baja y no protege contra la inflación. En cambio, invertir en propiedades ofrece más beneficios:

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• Renta mensual y flujo constante de ingresos.

• Aumento de valor con el tiempo (plusvalía).

• Protección contra la inflación gracias a la UF.

• Oportunidad de diversificar y reducir riesgos.

• Beneficios tributarios como exenciones y reducciones de impuestos.

 

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¿Quién puede invertir?

Hoy, cualquier persona con capacidad de pago y acceso a un crédito hipotecario puede hacerlo.

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Consejos clave:

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1. Analiza el mercado y elige buenas ubicaciones.

2. Define si buscas renta o ganancia a largo plazo.

3. Asesórate con expertos inmobiliarios.

 

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Pasos básicos:

• Establece tus objetivos y presupuesto.

• Elige el financiamiento adecuado.

• Evalúa propiedades con potencial de crecimiento.

• Negocia, firma y cumple con los requisitos legales.

Invertir en bienes raíces no solo preserva tu capital, sino que lo hace crecer, a diferencia del ahorro bancario que puede perder valor con el tiempo.

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